Este puente cubierto, convertido hoy en símbolo de la ciudad vietnamita de 𝐇𝐨𝐢 𝐀𝐧, fue construido por comerciantes japoneses a principios del siglo XVII para comunicar los barrios japonés y chino. En su interior tiene una pequeña pagoda, por lo que también es conocido como puente pagoda. De arquitectura vietnamita, mide unos 18 metros de largo.
El puente está representado en los billetes vietnamitas de 20.000 dong. Pese a tratarse de uno de los lugares más turísticos de todo el país y declarado Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1.999, bajo esta joya arquitectónica discurre un infecto arroyuelo de un hedor insoportable.
El puente es una preciosidad, al igual que la pequeña ciudad. Tuve la suerte de visitarlo en invierno, durante una mañana relativamente fresca, por lo que no recuerdo ningún olor desagradable. También es cierto que había bastante más agua en el riachuelo.
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