07 noviembre 2008

(8) JULIO DE 2007: ATENTADO EN YEMEN CONTRA TURISTAS ESPAÑOLES.

Sevilla, 4 de julio de 2007. (Fotos: diario El Mundo, edición digital).

La cifra de españoles muertos en el atentado de Yemen (4 catalanes, 2 vascos y 1 burgalesa, además de otros varios heridos) refleja fielmente la estadística de la afición viajera de nuestras distintas regiones.

En todos mis destinos, incluso en los más lejanos (Maldivas, Kenya, Mauricio, Seychelles, Thailandia, Laos, Birmania, etc...) siempre he encontrado catalanes y vascos. Más de la mitad de cada grupo, catalanes. La cuarta parte de cada grupo, vascos. A un vasco-catalán, hoy buen amigo, lo conocí en un pequeño hidroavión de la Maldivian Air Taxi, cuando nos trasladaba desde el aeropuerto de Male al atolón de Ari Sur. Allí, en el pequeño islote del Lily Beach www.lilybeachmaldives.com, tuvimos tiempo de forjar nuestra amistad. En Thailandia conocimos a una pareja de catalanes con los que hemos compartido posteriormente nuevos viajes a Polonia y Jordania, cimentando una amistad que esperamos sea permanente. En nuestro viaje a Polonia, más de la mitad del grupo eran catalanes. Si subes hasta Nordkapp, encontrarás catalanes sentados bajo la esfera metálica que se asoma al océano Artico. Si vas a bañarte a la isla de los Ciervos, en Mauricio, compartirás las cristalinas aguas de sus playas con un grupo de vascos. Si visitas la maravillosa mezquita del barrio musulmán de Xian, comentarás tus experiencias con catalanes y vascos. Estas gentes solo son superadas por los alemanes, que los encuentras en cualquier rincón del mundo y, además, perfectamente aclimatados, regentando escuelas de submarinismo y otros deportes de riesgo. Así pues, catalanes y vascos han pagado su triste tributo. Sirvan estas líneas como sencillo homenaje a todos los que comparten la afición por conocer, por viajar, por llegar a sitios donde compruebas, una vez más, que no somos nadie.

2 comentarios:

  1. Aunque, como sabes, no soy catalán de nacimiento, si lo soy de corazón y de familia. Dicen que uno es de donde nace su hijo y el mío nació en Barcelona.
    Es cierto lo que dices: resulta difícil hacer algun recorrido, por remoto que sea, sin encontrarse en algún punto a algún catalán o vasco. Mi caso es algo diferente porque siempre o casi simepre viajamos por nuestra cuenta, y aún así, encuentras a algún compatriota con quién charlar.
    Curioso pero lejos de casa, se agradece compartir una buena conversación con alguién que, quizá, aquí ni te fijarias.

    Estoy difrutando mucho de tu blog.

    Sigue ofreciendonos tus experiencias que las iremos devorando poco a poco.

    Un abrazo, Clemente.

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  2. Gracias, Clemente, por tus comentarios. Yo soy extremeño, pero llevo toda mi vida en Sevilla; sin embargo, mis dos hijas nacieron en Badajoz: tal vez por eso -según tu teoría- nunca he dejado de considerarme extremeño. Un abrazo. Alfonso.

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