01 noviembre 2008

(4) NOTAS DE VIAJE: ALSACIA Y SELVA NEGRA:

NOTA: Por alguna extraña razón, este post se ha desconfigurado y ha perdido todas sus fotos. Pido disculpas.
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Sevilla, julio de 2004. El camino más recto y más rápido (aunque no el más bonito) para llegar a Alsacia, es el de la autopista que sale de España por La Junquera y entra en Francia por la orilla del Mediterráneo. Una vez en Francia, seguir por la autopista A-9, dirección Perpignan, Narbonne, Beziers, Montpellier, Nîmes, Avignon y Orange. Aquí enlazamos con la autopista A-7 que viene desde el sur (Marseille) y ya seguimos por ella, dirección norte, hacia Montélimar, Valence, Vienne y Lyon. Antes de llegar a Lyon, hay que circular con mucha atención para no entrar en la ciudad, desviándonos a la derecha por la A-46, que va rodeando Lyon por el este, y de la que van saliendo el resto de las autopistas con dirección a Chambery, Ginebra (Genève) y Bourg-en-Bresse. 

Nosotros, de momento, seguimos siempre al norte, por la A-46 y después por la A-6, dirección Mâcon, Dijon y Paris. Pasados Mâcon y Chalon-s-Saône, (ya estamos en la Borgoña) la autopista pasa rozando Beaune, y aquí hay que prestar de nuevo atención: la A-6 se desvía a la izquierda, dirección Paris, mientras que nosotros debemos seguir al frente, muy pocos kilómetros, para desviarnos luego a la derecha, dirección al este, por la A-36 (autopista llamada La Comtoise, que cruza la región del Franco-Condado) dirección Dole, Besançon, Montbeliard, Belfort y finalmente Mulhouse. Ya estamos en el Sur de Alsacia.


EN LA REGIÓN DE ALSACIA: Son 3 las grandes ciudades de Alsacia: Mulhouse en el sur, Colmar en el centro y Strasbourg más al norte. La región es fronteriza con Alemania, de la que la separa el Rhin como frontera natural. Si nos mantenemos en la orilla izquierda, estamos en la Alsacia francesa; a lo largo de la orilla derecha discurre la Selva Negra (Schwarzwald), en el estado alemán de Baden-Wurtemberg. Mulhouse es el mayor centro industrial de Alsacia y tiene dos grandes museos curiosos: el Museo Nacional del Automóvil y el Museo Francés del Ferrocarril.

Colmar es una auténtica preciosidad, con su conjunto de edificios antiguos, a la que hay que dedicarle una visita: plaza de la catedral, zona peatonal de la calle de los Marchands, la casa Pfister de 1.537, la Grand'Rue, la antigua aduana y la llamada Petite Venise. Por su parte, Strasbourg es la capital de la región y visita obligada. La joya es su Catedral gótica de Notre-Dame, con su fachada de arenisca roja de los Vosgos y una de sus dos torres sin terminar. En la esquina de la plaza, la famosa casa Kammerzell, de madera del siglo XV, la más bonita de la ciudad. Imprescindible también la visita a la Petite-France, manzana de casas antiguas junto al canal y sus esclusas, con los 3 puentes denominados Ponts-Couverts. Además de todo ello, Strasbourg es hoy la sede del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo, cuya nuevo edificio está situado en la zona moderna de la ciudad, al noreste, junto al parque de la Orangerie. 

Pero, tan importante como la visita a estas ciudades, es recorrer la ruta del vino alsaciano, para hacerse una idea de sus viñedos y pueblos, así como sus innumerables bodegas que pueden visitarse y comprar algunas botellas. La región del vino de Riesling, a unos 15 kms. al noroeste de Colmar tiene, además, uno de los pueblos más bonitos de Francia, llamado Riquewihr, todo él medieval y rodeado de una doble muralla con sus puertas y torres. Su único inconveniente es la cantidad de turistas que lo visitan, pero no hay más remedio que acercarse, porque es lo mejor de Alsacia. Cerca de él, Ribeauvillé, es otro típico pueblo alsaciano. .

Al suroeste de Strasbourg, otros bonitos pueblos son Obernai, con su plaza del mercado rodeada de casas antiguas y Molsheim, con sus famosos vinos de riesling. Por debajo de Obernai está el pintoresco pueblo de Barr, con una bonita plaza y a su izquierda, a 11 kms., una pequeña excursión nos lleva al Mont-Ste-Odile, en cuya cima hay un convento de monjas, con las reliquias de la santa en su capilla del s. XII y desde cuya terraza se divisa un espectacular panorama de los Vosgos y la Selva Negra.

LA SELVA NEGRA (SCHWARZWALD): Hay tres entradas clásicas desde Alsacia a la Selva Negra:

1) Desde el sur, continuar la autopista desde Mulhouse unos pocos kilómetros hasta llegar al Rhin: aquí se entra directamente en Alemania para incorporarnos a la autopista 5 (en Alemania no se paga peaje) que sube desde Basel (Basilea) en Suiza hacia el norte, por la orilla del Rhin, hacia Karlsruhe, por las ciudades de la Selva Negra de Freiburg, Offenburg y Baden-Baden. Estas ciudades están algo separadas de la autopista. 
2) Desde el centro, la carretera que desde Colmar va directamente a la frontera alemana, también cruzando el Rhin. Antes de la frontera, Neuf Brisach, interesante ejemplo de arquitectura militar amurallada a la que se le puede echar un vistazo sin bajarse del coche, pues es posible entrar por sus fosos y ver su distribución de recinto fortificado. Una vez cruzada la frontera, Breisach (el altar tallado de su colegiata justificaría su visita) y después Freiburg. 
3) Desde el norte, desde Strasbourg, que prácticamente es ciudad fronteriza con Alemania, se cruza por Kehl y se llega a la autopista 5, cerca de Offenburg, en la zona central de la Selva Negra.

VISITAS EN LA SELVA NEGRA: La Selva Negra es un rectángulo de unos 170 kms. de norte a sur. Es fácil orientarse, al estar perfectamente delimitada por el norte con la autopista de Karlsruhe-Pforzheim-Stuttgart; por el oeste, con la autopista de Karlsruhe a Basel en Suiza y el río Rhin. Por el este, con la autopista que baja desde Stuttgart por Rottweil hasta Singen y el lago Constanza. Y por el sur, con la frontera suiza y el río Rhin. Por cierto, que hay una visita obligada en esta zona sur a Schaffhausen y sus cataratas del Rhin, las mayores (no las más altas) de Europa y de las excursiones más divertidas que pueden hacerse, pues en el mismo centro de las cataratas hay una gran roca, con un mirador, al que se puede llegar con unos barquitos que salen desde la orilla alemana (sencillamente inolvidable así como las fotos que se hacen de esta pequeña "aventura"):



Para llegar aquí basta con seguir desde Schaffhausen los indicadores de las cataratas (Rhein Wasserfallen) en Neuhausen. Tiene unos grandes aparcamientos y se baja andando hasta los embarcaderos. La orilla contraria de la catarata es la orilla suiza. (Yo he estado tres o cuatro veces en la roca y no me perdería esta excursión por nada del mundo y a los niños los vuelve locos). En la Selva Negra son más interesantes los pueblos que las ciudades. Por supuesto que la visita a Freiburg es también obligatoria, pero el interés de la zona radica en sus pequeños pueblos con casas de fachadas con vigas de madera (la llamada ruta de las fachwerk: en la siguiente foto, el restaurante más antiguo de Alemania, en Seelbach-Schönberg, típica construcción de fachwerk):


Hay que disfrutar también de los paisajes de sus bosques y ríos, con las clásicas y enormes granjas típicas de la región (fotografía siguiente):

La encantadora ciudad de Freiburg im Breisgau (Friburgo de Brisgovia), en el ducado de Baden, bien merece la visita. Sus aceras con acequias de agua corriendo y su emplazamiento junto a la Alta Selva Negra le dan un frescor inigualable. Hay que visitar su Catedral (Münster) con una maravillosa aguja de 116 metros de altura. En la misma plaza de la catedral, la construcción gótica de los Antiguos Grandes Almacenes con preciosos miradores y su galería de grandes arcadas. A su lado, la casa del pintor Wentzinger completa el conjunto de la plaza.

Para moverse por la Selva Negra conviene saber que en Alemania las carreteras se señalizan con un número recuadrado sobre fondo amarillo. Son las carreteras nacionales (aquí federales, es decir, las bundestrasse), por lo que pueden estar precedidas por la letra B (de bundes: federal). La señalización es perfecta, así que no es fácil equivocarse. Incluso al cruzar las ciudades, pintan en el suelo del carril el número de la carretera, para que sepamos por qué carril seguir. En las farolas y semáforos siempre iremos viendo el cuadrito amarillo con el número dentro. Así que, desde Freiburg, hay bonitas excursiones por la B-31 al lago Titisee (muy turístico y encantador). Un poco antes del Titisee sube hacia el norte la B-500, que se adentra en la alta Selva Negra con preciosos paisajes y sube a Furtwangen (allí está el Museo Alemán de la Relojería, (Deustches Uhrenmuseum) muy interesante también para los niños) y unos pocos kilómetros más al norte, Triberg, donde se encuentran las cataratas más altas de Alemania (Triberger Wasserfällen), que se visitan tras un paseo a pie por el sendero del bosque (son de pago).

Si desde Freiburg, una vez llegados al Titisee, seguimos derechos hacia el este por la misma B-31 unos 30 ó 40 kms., llegaremos a la ciudad de Donaueschingen (hay que desviarse al norte unos 4 kms. por la 27). Esta ciudad, además de ser la fuente del Danubio (Donau), situada dicha fuente (Donauquelle) en el parque del Palacio de los Príncipes de Fürstenberg, tiene en su casco urbano la fábrica de cervezas "Fürstenberg", y en dicha fábrica hay una tienda donde se pueden comprar preciosas jarras, copas o vasos de la marca para tener en casa. Son verdaderamente bonitos. No se olvide que en Alemania cada fábrica de cerveza (hay más de 3.000) tiene sus propios diseños y siempre te servirán cada cerveza en los vasos de su marca. La "Fürstenberg", junto con la "Alpirsbacher" son las cervezas que más se beben en todo el sur y centro de la Selva Negra.

Desde Triberg, la 33 sube por el valle del Gutach hasta Hausach. Cerca de Hausach está el Freilichtmuseum Vogtsbauernhof en el valle del Gutach, que es un museo al aire libre con un precioso conjunto de granjas, casas y molinos antiguos de toda la Selva Negra, trasladados allí y reconstruidos alrededor de la granja Vogt de 1.570 y verdaderamente recomendable e ilustrativo para comprender la cultura popular de la zona.
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En Hausach ya estamos en el valle del Kinzig (curiosamente, es una parte del tramo alemán del camino de Santiago, aquí llamado Kinzigtäler Jakobusweg, de Lossburg a Kehl/Estrasburgo, dividido en siete etapas, con un total de 120 kms.). En este encantador y relajante valle, en alemán el Kinzigtal, (tal significa valle), es obligado visitar tres pueblos: a la derecha, en la 294, Wolfach y Schiltach (sobre todo éste último) y, siguiendo un poco hacia el nordeste por la misma carretera, Alpirsbach, con su Abadía benedictina del siglo XII, el edificio románico más antiguo de la Selva Negra (visitable: curiosas las antiguas celdas de sus monjes y bonito su recogido claustro interior) y su fábrica de cerveza Alpirsbacher. También aquí, en el centro del pueblo, junto a la plaza de entrada a la Abadía, está la tienda-boutique de la fábrica de cerveza, para comprar bonitas jarras y vasos y algunos otros recuerdos. 

La fábrica propiamente dicha está en las afueras del pueblo, frente al aparcamiento de un supermercado. En este pueblo recomiendo para comer el hotel y cervecería (brauereigasthof) Löwen-Post, en el centro del pueblo (la Marktplatz) y muy cerca de la abadía, junto a la carretera y al lado de unas vías del tren, que tiene una carta magnífica y de buenos precios, unos comedores antiguos y preciosos (el edificio es una maravilla de madera) y un jardín en la acera de enfrente con cervecería para comer bajo los árboles, en las clásicas mesas largas con bancos corridos de madera. Te sirven la cerveza casi directamente de la fábrica vecina. Pero hay otros restaurantes cercanos, como el Schwanen, en la Markstrasse, 5, bajando hacia el puente viejo del riachuelo.
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El delicado pueblecito de Wolfach, es pequeño, con una encantadora calle central (la Hauptstrasse) paralela al río Kinzig (foto anterior), con bonitas casas de madera y un lugar muy aconsejable para dar un paseo (recomendable la orilla del río con sus jardines y el puente con la estatua polícroma de S. Juan Nepomuceno) y para comer recomiendo los restaurantes de la calle principal, el Hotel Restaurante Krone, en la acera del Ayuntamiento, con una buena carta de ensaladas frescas (donde podeis saludar al dueño Björn Tibaldi, que habla italiano y pedirle una jarra de vino blanco riesling de Gengenbach) y justamente enfrente, al lado de una preciosa farmacia (Apotheke) el Gasthof Hotel Kreuz (con su clásico escudo de hierro colgando en la puerta), su comedor muy alemán y sus enormes platos de comida: sirven unos deliciosos wienerschnitzel, filetes empanados de ternera (kalb), de tamaño descomunal, acompañados de una sartén llena de patatas fritas. Otro sitio muy recomendable en la misma calle es el comedor del Hotel Hecht, pequeño y acogedor y de fachada de maderas vistas, pero solo dan cenas y no abren al mediodía. En su puerta, como es habitual, cuelga su escudo de hierro con un enorme pez de río. El hotel es una monada de 12 habitaciones y pasé allí tres días en primavera.

En Schiltach -otra joya de pueblo de la ruta de los fachwerk- es obligatorio recorrer sus empinadas calles desde la plaza del Mercado (Marktplaz) con el Ayuntamiento, llenas de casas antiguas de fachadas de madera: Recorred también las dos orillas del río en el centro del pueblo: Un restaurante recomendable: "Zur Alten Brücke", (el puente viejo), en la Schrambergerstrasse 13. Probar un plato típico de la Selva Negra: los maultaschen, como unos sobrecitos o empanadillas que preparan de diversas formas y con diversos rellenos, generalmente de carne y espinacas.

Por el lado contrario del valle del Kinzig, es decir, hacia el oeste desde Hausach, por la 33, hay otra joyita de pueblo llamado Gengenbach, unos kilómetros antes de llegar a Offenburg (ciudad que no tiene otro interés a mi gusto que unas animadas calles peatonales de la zona comercial, con muchas tiendas y ambiente). En Gengenbach hay un sitio bonito para comer, en la calle principal, el restaurante Pfeffermühle (molino de pimienta), al que conviene ir temprano. No olvidar que en Alemania más tarde de las 13,00 horas ya no es buena hora para ir a comer. Pero estoy seguro que se come mejor en el restaurante Reichsstadt que está un poco más arriba que el otro, en una calle lateral a la izquierda (Engelgasse, 33), según se mira hacia la puerta-torre del pueblo. El restaurante se reconoce por su clásico cartel de hierro grande colgando y es como un aguilucho negro con un escudo dorado en el que hay un pez. Aunque el aspecto interior pudiera parecer tal vez demasiado lujoso, luego los precios están bien y se come de maravilla, con un servicio más esmerado de lo habitual y no más caro.

En la zona centro de la Selva Negra, están las ciudades de Freudenstadt y Baiersbronn. Freudenstadt se incendió casi por completo en 1.945 y fue reconstruida con un trazado en forma de aspas de molino. En el centro se sitúa una espectacular Plaza del mercado (Marktplatz), uno de cuyos ángulos (el del fondo izquierdo) lo forma la Iglesia, precisamente construida en forma de ángulo recto para ocupar dicho espacio. Hoy es una ciudad balneario, elegante y muy ambientada. Desde aquí, el camino es una maravilla, hacia el norte, por la B-500 hasta Baden-Baden (otra de las visitas obligadas, con su casino de fama mundial y sus elegantes casas de vacaciones).

De Baden-Baden, en el noroeste de la Selva Negra, poco puedo decir. Es uno de los balnearios más lujosos de Alemania y del mundo, desde la época romana, ya visitado por el emperador Caracalla. Además del balneario y sus termas, en el siglo XIX se inauguró su magnífico Casino, visitado por toda la realeza europea. Hay muchas cosas que ver en Baden-Baden, pero se pueden consultar en una guía y así no tengo que escribir tanto. Pero es recomendable un paseo junto al río Oos (de lecho pavimentado) por la elegante avenida Lichtental (por donde paseaban Napoleón III y la emperatriz Eugenia, la reina Victoria, Bismark, Dostoievski y demás figuras de la época y después yo mismo y donde se produjo el atentado contra el entonces rey de Prusia y después emperador Guillermo I).

Finalmente, en el norte de la Selva Negra, en la B-463 que baja desde Pforzheim, que discurre junto al río por un valle boscoso muy recomendable, están los pueblos de Bad Liebenzell (bonito y termal, muy cotizado y preciosos jardines) y un poco más hacia el Sur encontramos Calw, cuya plaza y calle principal, de casas de vigas de madera vista (fachwerk) perfectamente restauradas, yo las considero verdaderamente maravillosas como conjunto y cuya visita recomiendo: Es el pueblo de Herman Hesse, cuya escultura de bronce encontramos de pie en plena calle, junto al puente, a la salida del restaurante hotel Rössle (caballito) donde se come de gloria y a unos precios verdaderamente asequibles (también aquí sirven los maultaschen). En este pueblo se puede aparcar en el parking de varios pisos que hay entrando a la derecha, una vez cruzado el río.

En resumen, la Selva Negra es todo esto y mucho más. Por ejemplo, es obligado practicar el deporte nacional: el senderismo (wandern), pues está completamente señalizada de senderos por el interior de los bosques. Para ello, existen en todas partes muy buenos planos de senderismo (wandernkarte) que te permiten elegir muchas rutas, todas ellas perfectamente señalizadas con símbolos de colores y tiempo de duración de cada recorrido. Incluso hay grandes senderos que cruzan toda la Selva Negra, de norte a sur, desde Pforzheim hasta las cataratas de Schaffhausen en 12 jornadas. Los senderos o caminos se llaman weg y esta palabra os seguirá a lo largo de todo el viaje. El interior de los bosques es majestuoso, con árboles inmensos, de altitud a veces superior a los 30 metros, que no permiten que el sol llegue al suelo, por lo que hay abundancia de helechos y frutos del bosque (frambuesas, grosellas, moras, etc.). El bosque se llama wald, por lo que, en realidad, Schwarz (negro) y Wald (bosque) suele traducirse por selva negra, cuando más bien quiere decir bosque negro, por su oscuridad.

De estos bosques se talaban los árboles para enviar la madera hasta Holanda, para la fabricación de barcos, y dicha madera se guiaba flotando por los riachuelos hasta abajo, por el río Neckar y el Rhin hasta Holanda. Se formaban grandes grupos de árboles, como si fueran trenes de balsas y los madereros viajaban en ellos: de aquí surgió otra tradición que todavía se conserva: el flösser, grandes balsas de árboles, con timón y unos remos auxiliares, en las que grupos de vecinos, con sus trajes típicos, se deslizan por los riachuelos en las fiestas de los pueblos. En el valle del Kinzig se mantiene muy viva esta tradición. 

Que disfrutéis del viaje y os guste tanto como a mí me gusta la Selva Negra. Yo la visité por primera vez en 1.972 y, desde entonces, ni recuerdo el número de veces que la he recorrido y me sigue gustando volver. Allí hay paz entre los árboles y, cuando te adentras en alguno de sus profundos senderos, puedes pasar el día sin ver a nadie (en plena Alemania, con más de 80 millones de habitantes). 

A continuación incluyo el enlace con un buen plano de la Selva Negra, en el que se indica el itinerario del sendero de largo recorrido denominado Westweg (sendero del oeste). Está señalizado con un rombo de color rojo: Este sendero discurre de Norte a Sur, desde Pforzheim (conocida como la ciudad del oro o Goldstadt) hasta Basel (Basilea) en Suiza. En el mapa se indican las estaciones de tren con el símbolo DB. También puede consultarse la página en español de los ferrocarriles alemanes.

11 comentarios:

  1. Enhorabuena Alfonso. Te puedo asegurar que no he leido hasta la fecha una descripción en español tan buena como la que haces aqui de nuestra querida Selva Negra. Llena de entusiasmo, pero sin caer en tópicos. Incluso para los que conocemos algo esta parte de Alemania nos abre el apetito para volver a darse una vuelta por la zona.
    Saludos
    Juan de D.

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  2. Gracias, Juan. Ya sabes que es a tí a quien debo mi afición por la Selva Negra y por Alemania en general.

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  3. estoy pensando en hacer un viaje a la selva negra de 9 dias, para este tiempo, que me recomendarias visitar? hay buenas combinaciones con tren?

    gracias

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  4. Al final de mis notas de viaje te he incluido un enlace para acceder a un plano de la Selva Negra; en el mismo se indican las estaciones de tren con el símbolo DB en rojo (Deutschen Bahn: ferrocarriles de Alemania). Puede ser útil para tu viaje.

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  5. Hola!

    He soñado con un lugar que parecía ser Alsacia, yo iba en un barco por un río o un lago (parecía un barco un poco grande, por lo que imagino que debía tener bastante profundidad el agua) y había una montañita muy verde y como un castillo o algo parecido en la ladera, un edificio antiguo, de color claro. ¿Te suena un lugar así?

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  6. Hola Bego: Como sueño ha debido de ser precioso y espero que lo hayas disfrutado. Hay muchos lugares así: Alsacia, orillas del valle del Rhin, del Neckar ... lagos con castillos, etc. Imposible descifrar tu bonito sueño. Saludos,

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  7. Gracias, la verdad es que supuestamente estaba de viaje en Alsacia y he encontrado una foto muy parecida a mi sueño. El otro día busqué en google imágenes de Alsacia y vi ésta que se parece bastante a mi sueño, aunque era más bien un lago, creo, porque estaba tope tranquila el agua.

    Estoy un poco rallada porque llevo una temporadita con sueños más literales que simbólicos.

    En fin, tendré que ir y buscarlo, claro. De todos modos, muchas gracias, has sido genial. Besitos,

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  8. gracias por enseñarme a mirar mas lejos ,con las fotos que nos regalas a tus visitantes de esta pagina ,yo nunca me imagine que en el mundo existiaran grandes cosas.sigue viajando ,pero siempre lleva una direccion ,no busques un destino,el solo llegara.

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  9. me ha encantado leer tu visita tan detallada de la selva , me gustaria saber si alquilo una casa rural cerca de estrasburgo puedo visitar la selva negra en 7 dias? gracias

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  10. Por supuesto que puedes, pero si cada día tienes que volver a Estrasburgo, harás demasiados kilómetros. Para conocer la Selva Negra te recomiendo buscar algo más en el centro de la región... ¿qué tal Freiburg in Breisgau?. Saludos.

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