Con más de ochocientos años de antigüedad, el Castillo de Consuegra, en la provincia de Toledo, es una fortaleza de gran singularidad y atractivo, no solo por el lugar donde se halla, desde donde se divisa La Mancha y sus molinos, sino por su rica historia y arquitectura vinculada estrechamente con la Orden de San Juan de Jerusalén.
Aunque los orígenes de este castillo se remontan a una fortaleza musulmana de periodo califal (siglo X), el aspecto que apreciamos hoy en su estructura es debido a la impresionante obra de arquitectura militar que los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén pusieron en pie, tras la cesión por Alfonso VIII de la antigua fortificación y el alfoz (*) de Consuegra a la Orden.
(*) Alfoz era el nombre empleado durante la Edad Media en la península ibérica en Castilla, León y Portugal para referirse al término rural geográfico que pertenece al concejo de la villa correspondiente.
Pero lo más característico del Cerro Calderico, donde se alza el Castillo, son los espectaculares molinos de viento. Algunos con una antigüedad que se remonta al siglo XVI, han sido absolutamente vitales e imprescindibles para el desarrollo de la comarca, pues la ausencia de corrientes constantes de agua impedían el establecimiento de molinos fluviales.
Estos molinos, siguiendo la tipología del molino torre, presentan dos partes claramente diferenciadas: un cuerpo cilíndrico o torre formada por gruesos muros de mampostería encalada, que constituye el elemento sustentante, y una cubierta cónica giratoria de madera y cinc, que integra el conjunto motriz, manifestándose al exterior por el palo de gobierno y sus cuatro aspas rectangulares. La orientación de las aspas al viento se realiza a mano.
En la parte alta del muro se abren ocho ventanillos que servían al molinero para averiguar la dirección del viento y determinar así la orientación de las aspas.
El molino de viento "Sancho", uno de los más antiguos de La Mancha y de España, aún trabaja de forma tradicional en Consuegra. Fue el primero en restaurarse, siguiéndose los métodos y materiales propios de la época. Todavía conserva piezas originales de gran antigüedad y debido a la forma en la que fue restaurado fue el primero declarado BIC.
Posteriormente, desde 2008, todo el conjunto goza del mismo reconocimiento patrimonial, mediante Acuerdo de 19/02/2008, del Consejo de Gobierno, que declaraba Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, el Cerro Calderico y sus molinos de viento.
Me parece magnífico el reportaje y las fotos, y apetece conocer en vivo el territorio
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