La tumba de la Catedral de Sevilla, está sostenida a hombros de cuatro figuras de heraldos que representan a los cuatro reinos existentes en la época del Almirante: Castilla, León, Aragón y Navarra. El mausoleo fue realizado por el escultor Arturo Mélida. El féretro es decorativo y no posee las dimensiones del almirante, porque los restos se encuentran en una caja en su interior, la urna de plomo dorada realizada en 1795. En la tapadera de la caja pone: "Aquí yacen los huesos de Cristóbal Colón, primer almirante y descubridor del Nuevo Mundo R.I.P.A."
Nos habla la historia de los diversos traslados de los restos de Colón tras su fallecimiento en Valladolid en 1506. De aquí a Sevilla y después a la Catedral de Santo Domingo en la actual República Dominicana. Posteriormente a La Habana en Cuba y de nuevo a Sevilla.
En todo caso, al día de hoy es difícil afirmar con total seguridad que los auténticos restos de Cristóbal Colón reposan en la Catedral hispalense. Existen teorías para todos los gustos. No obstante, según los últimos estudios de ADN mitocondrial realizados en la Universidad de Granada en 2006, donde se contrastaron los restos de Colón con los de su hermano mayor Diego, los restos que se encuentran en Sevilla son auténticos.
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