15 noviembre 2009

(50) LA ORQUESTA DE CÓRDOBA EN EL TEATRO DE LA MAESTRANZA DE SEVILLA:


Interesante concierto el ofrecido anoche en el Teatro de la Maestranza de Sevilla por la Orquesta de Córdoba, bajo la dirección del maestro Manuel Hernández-Silva (Caracas, 1962). Este hispano-venezolano ha vivido veinte años en Viena. Allí inició sus estudios de dirección en el Conservatorio Superior de Música, que culminó en 1989 con matrícula de honor. Desde la temporada 2005/06, Hernández Silva es Director Principal Invitado de la Orquesta Sinfónica de Karlsbad (Karlovy Vary) en la República Checa, y Director Titular y Artístico de la Orquesta de Córdoba.


En la primera parte, la Orquesta interpretó la Sinfonía nº 8, Op. 88 (1889) de Antonin Dvorák (1841-1904), una de sus más conocidas composiciones, algo eclipsada -quizás- por la más famosa Sinfonía nº 9 Del Nuevo Mundo, Op. 96.
 

Uno de los principales compositores europeos del siglo XIX, Antonin Dvorák, nació en Nelahozeves, un pequeño pueblo bohemio a 30 kilómetros al norte de Praga, el 8 de septiembre de 1841. De niño aprendió a tocar el violín y, a menudo, entretenía con él a los huéspedes del mesón de su padre Antonin Liehmann que le enseñó piano y órgano. Entre 1857 y 1859 estudió en la academia de órgano de Praga; más tarde se unió a la banda de concierto de Komzák y después formó parte de la orquesta del Teatro Nacional de Praga, entonces Teatro provisional, donde tocó bajo la batuta de Smetana. Su primer éxito lo obtuvo en 1873 con el estreno de la cantata Hymnus (Los herederos de la Montaña Blanca). En ese año se hizo internacionalmente famoso gracias a la publicación de la primera colección de danzas eslavas.

Casa natal de Dvorák en Nelahozeves:


Entre 1892 y 1895, Dvorák fue director del National Conservatory of Music de Nueva York. En Estados Unidos adquirió gran afición por los espirituales negros y la música propia de ese país. Dvorák murió el 1 de mayo de 1904 en Praga; el día de su funeral fue una jornada de luto en toda la región de Bohemia.
 
En la segunda parte del concierto, la Orquesta ofreció dos interesantes muestras de la música latinoamericana: La Suite para orquesta "Redes", del compositor mejicano Silvestre Revueltas (1899-1940) y las Danzas del ballet "Estancia", del argentino Alberto Ginastera (1916-1983).
 

Silvestre Revueltas nació en Santiago Papasquiaro, Durango, el 31 de diciembre de 1899. Dedicó los primeros años de su carrera al mundo del concierto como violinista y director de orquesta, y más tarde se centró en la composición. Su estilo es directo y en su música utiliza ritmos e instrumentos populares que reflejan muchas veces las tradiciones folclóricas mexicanas. En 1928, Carlos Chávez, nombrado director del Conservatorio de México, lo llamó para dar la cátedra de composición. Nueve años después marcharía a España a participar en la Guerra Civil al lado de los republicanos. Escribió obras sinfónicas, canciones, ballets y composiciones teatrales como Esquinas (1930), Redes (1938), La coronela, Homenaje a García Lorca, Janitzio, El renacuajo paseador y Sensemayá, para canto y pequeña orquesta sobre texto del poeta cubano Nicolás Guillén. En 1936 ocupó el cargo de la secretaría general de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios. Murió en la ciudad de México el 5 de octubre de 1940.

Carlos Chávez tenía la intención de producir y musicalizar una proyección cinematográfica documental que dirigiría su amigo Paul Strand, fotógrafo estadounidense. El nombre de dicha película sería Pescados y se filmaría en Alvarado, Veracruz. Pero hubo algunos cambios: la colaboración de Strand se limitó a la fotografía, el filme fue dirigido por Fred Zinemann y Emilio Gómez Muriel, no fue un documental sino una historia de ficción basada en hechos reales, no fue Chávez sino Revueltas quien se encargó de musicalizarlo y, por último, al filme se le cambió el nombre de Pescados por el de Redes. La obra trata de la vida de los pescadores de Alvarado, quienes por cierto actuaron en la película. Es una obra de fuerte contenido social, pues trata de la pobreza en que viven los protagonistas y expone los conflictos obrero-patronales otorgando una especial importancia a la lucha de clases, factor muy importante en el movimiento nacionalista mexicano del siglo XX.
 
Alberto Ginastera (Buenos Aires, 1916-Ginebra, 1983) está considerado como uno de los compositores latinoamericanos más importantes del siglo XX.
 
Talento precoz, realizó sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires bajo la tutela de Athos Palma y José André y con el tiempo sería nombrado director del Conservatorio de La Plata. Fue también fundador del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales, así como de la Facultad de Ciencias y Artes Musicales de la Universidad Católica de Argentina.
 
Imagen siguiente: Alberto Evaristo Ginastera con su esposa, la violonchelista argentina Aurora Natola:
 

La suite orquestal de su ballet Estancia es posiblemente su obra más conocida e interpretada. Su primer movimiento (Los trabajadores agrícolas) describe los trabajos de los ganaderos en la estancia; continúa con la Danza del trigo, más melódica y pausada; tras la tercera danza (Los peones), llega la veloz danza final (Malambo), típica de los gauchos, de enorme fuerza y que fué magistralmente interpretada anoche por la Orquesta de Córdoba.
 
 

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